Estacionamiento, lugar apacible y peligroso

Sea pequeño o gigantesco, público o privado, cubierto o al descampado, atendido o no por vigilantes, el estacionamiento es una suerte de lugar sin límites, donde a veces conocemos la entrada, pero casi nunca donde termina.

"No es de extrañar que un lugar como ese, provisto de una estructura elemental de columnas y hormigón, con pasillos y vías estrechas, y un silencio que hiela la sangre, sea el escenario predilecto de la delincuencia", señala Rodolfo Patiño, ex comisario de la antigua PTJ y ahora gerente de seguridad de un centro comercial capitalino donde, a pesar de su esfuerzo por mantenerlo libre del hampa, se denuncian entre 3 a 6 hurtos diarios.
  Antes que le caigamos encima a este experimentado sabueso, veamos por qué sostiene semejante aseveración: 

  •  Según he observado, 4 de cada 10 usuarios de los estacionamientos de los centros comerciales no sabe dónde deja su carro, y con esos minutos de vacilación, está enviando mensajes al ladrón.
  • Nueve de cada 10 personas se estaciona sin mirar a los lados ni revisar los carros vecinos, mucho menos observa si hay algún vigilante cerca; simplemente se estaciona como si lo hiciera en la puerta de su casa.
  • No confíe en su memoria. Anote en un papel el nivel del sótano, color de la columna y número del puesto donde dejó estacionado su auto.
  •  Una vez que llega o está a punto de salir del estacionamiento, no se distraiga buscando un CD, maquillándose o buscando no sé que cosa en la guantera. Deje eso para después. No contribuya a que le asalten.
  • Seis de cada 10 conductores dejan objetos de valor en el carro, a la vista de cualquier ratero que pulula en los estacionamientos.
  • Hay gente que se baja de su auto verificando si tiene dinero en la billetera y mostrando joyas que encandilan a cualquier delincuente.